Es indudable que acontecimientos políticos, económicos y sociales, posteriormente devienen inevitablemente en procesos históricos, denotan que los individuos en el último siglo han avanzado en sus comportamientos con respecto a la valorización de las instituciones que median en la convivencia social. Disciplinas como el derecho, la economía y las ciencias sociales han contribuido con sus herramientas a la solución de conflictos generados por la aplicación de políticas de exclusión, dominación y atropello a la condición humana.Estas instituciones de la democracia que se alimentan permanentemente de funcionarios muchos de ellos “orgánicos” al poder burocrático del funcionamiento estatal, genera poca practicidad a la hora de aplicar políticas de acción en lo social.
La democracia, gobierno de todos, con sus organismos institucionales, significa también una plena división de poderes, donde cada uno ejerza con fuerza y convicción su rol, sin tener que sobreponerse uno sobre otro. Es importante tener en cuenta la legitimidad de origen que tienen los mismos a la hora de sopesar en las decisiones de una república.
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